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Dieta cetogénica

El concepto de dosis hormética aplicado a la salud, plantea que ciertos estresores, en la medida justa, ayudan a nuestro cuerpo a estar mejor. El frío, los ayunos y el esfuerzo físico producen reacciones de las cuales nos beneficiamos. Del mismo modo, podemos utilizar el grado justo de estrés como herramienta productiva para nuestro negocio. En este episodio te comparto disparadores y moderadores de estrés que podemos aprender a gestionar y utilizar a nuestro favor.

Grasas y café. Dos palabras que, hasta hace una década, había que evitar en cualquier plan de alimentación saludable. Pero los estudios de los últimos años (sumado al trabajo de muchos divulgadores de ciencias de la salud) lograron revertir esa mala prensa de estos dos alimentos. Hoy, está cada vez más instalada la idea de que hace muy bien consumirlas en las dosis adecuadas. Para el que le interese, dejo artículos sobre grasas y café.

De la misma manera que tenemos que amigarnos con estos alimentos e incorporarlos cuidadamente para disfrutar de sus beneficios, propongo que nos amiguemos con la palabra ESTRÉS. Ya no como algo negativo que tenemos que evitar, sino como una herramienta que podemos utilizar a nuestro favor si sabemos como gestionarla.

Me gusta la metáfora de las cuerdas de guitarra: para que suenen bien, tienen que tener la tensión justa. Si están demasiado tensas, se rompen. Si están muy flojas, no dan su sonido. Lo mismo para con nosotros y nuestro trabajo. Si nos pasamos de rosca, nos quemamos y dejamos de funcionar bien. Pero si no tenemos desafíos que nos exijan, no vamos a poder dar lo mejor de nosotros.


Para ir un pasito mas allá, quisiera explicar brevemente el concepto de hormesis aplicado a la salud: como especie, estamos adaptados para un entorno salvaje. Nuestro cuerpo y mente casi no cambiaron desde que éramos cazadores – recolectores. El estar diseñados para ese entorno, hace que nuestros genes extrañen ciertos estresores para los cuales estamos preparados. Es por esta razón que el ejercicio físico intenso, los ayunos intermitentes, la exposición al frío y al calor y cierta suciedad natural nos hacen bien. Porque son estresores que, en la medida justa, estimulan a nuestro sistema a sacar su mejor versión. Tal como muestra el gráfico, hay una zona donde tenemos los máximos beneficios de estos estímulos incómodos. Pero si nos pasamos, comenzamos a tener problemas. Hay una dosis hormética de cada estresor, para cada persona. Para profundizar: artículos sobre hormesis y salud.


Este concepto es perfectamente aplicable a la planificación de nuestro negocio. Probablemente sentiste el estancamiento y la pérdida de rendimiento por tener un estrés insuficiente durante demasiado tiempo. Así como también, los problemas de estar demasiado estresado durante mucho tiempo.

Trabajando con clientes y en la planificación de mi negocio, utilizo disparadores de estrés y criterios para contenerlo. No siempre funcionan a la perfección, pero son una buena manera de comenzar a transitar la búsqueda de la dosis hormética adecuada. Te los comparto:

DISPARADORES DE ESTRÉS:

  • Anuncios públicos: Cuando decidimos hacer algo, lo mejor que podemos hacer para que eso suceda, es contarle a todos los que podamos. Hay algo que se activa, nos ayuda a superar la pereza y ponernos a trabajar. Ejemplo: “Antes de fin de año, voy a lanzar mi primer taller sobre…”
  • Compartir objetivos: Sea con personas cercanas, con colegas o con comunidades de las que participamos podemos expresar de forma concreta y medible los objetivos que nos ponemos. Ejemplo: “Este trimestre voy a duplicar el precio de mis servicios”.
  • Involucrarse con otros: Cuando otra persona está esperando algo de nosotros, nos cuesta mucho más no hacerlo. Si alguien nos espera, si alguien nos necesita para algo, si nos comprometimos, vamos a estar mucho más motivamos para cumplir. No hacerlo tiene consecuencias concretas. Ejemplo: “Voy a programar hacer un vivo en redes sociales por semana con un invitado, planificando día y horario.”
  • Contratar a un mentor o asesor: La mirada de alguien que respetamos nos impulsa. Es muy potente exponerse a contar nuestra situación y tener feedback de una persona de la cual valoramos su opinión. No solo por la información que nos de, sino por el compromiso de rendir cuentas y no defraudarlo. Ejemplo: “Para el proyecto de armar un equipo en mi negocio, voy a contratar a alguien que ya paso por este proceso para que me guíe.”
  • Participar de comunidades: Pares, colegas y personas interesadas en tu progreso. Se trata de compartir frustraciones y logros con personas que estén comprometidas con vos. Involucrarte en historias de otros y compartir la tuya. Eso hace que algo se mueva y nos impulse. Ejemplo: “voy a compartir los objetivos de la semana y voy a leer los de los otros para darles seguimiento y sugerencias.”
  • Proyectos con fechas límites: No hay que aclarar demasiado de que se trata. Pero es importante que no sean fechas caprichosas, sino que tengan un sentido. Saber realmente cual es el máximo tiempo que podés dedicarle a un proyecto antes de comenzar con el siguiente. Ejemplo: “tengo hasta el viernes para terminar el video de venta, porque la semana que viene comienzo con el la producción del nuevo curso.”

MODERADORES DE ESTRES.

  • Avanzar con Progresividad: Una persona que va a un gimnasio por primera vez en años, probablemente le parezca demasiado levantar 10kg. Pero esa misma persona, con la disciplina adecuada, podría levantar 50kg en pocos meses sin ningún problema.
    Del mismo modo, si jamás hablamos en público, el estresor correcto, sería organizar un taller para 4 personas. Pero si estamos muy entrenados en eso, quizás podemos organizar algo de mucho más alcance. Si nunca te comprometiste públicamente, quizás al principio el estresor correcto podría ser contarle a tu pareja y a un colega tus objetivos. Pero con más práctica, podrías publicarlo en comunidades más grandes. En este punto, el autonocimiento es clave. No podemos dar en la dosis justa, si no conocemos nuestras fortalezas y límites.
    Lo importante es entender que la exposición a estresores de forma sistemática, van aumentando nuestra capacidad de procesar ese estímulo. Si no nos pasamos, vamos a fortalecernos.
  • Cuidar la superposición: En mis planificaciones trimestrales, lo que más me cuesta decidir es que proyecto no es para este trimestre. Me cuesta porque siempre tengo más cosas que me gustarían hacer de las que puedo hacer.
    Con el tiempo aprendí que no puedo plantearme mas de 2 o 3 proyectos a la vez. Por más adecuada que sea la dosis, por más progresivos que queramos ser, si nos comprometemos con demasiadas cosas a la vez, vamos a recibir un estrés excesivo. Con malos resultados y una involución de nuestras capacidades. Siempre es mejor quedarse cortos que pasarse de proyectos. Por una razón simple: si terminamos antes de tiempo nuestros proyectos, podemos comenzar el siguiente antes de lo planeado. Es mucho más fácil aumentar el estrés sumando proyectos, que bajarlo cuando ya estamos embarcados en varios frentes.
  • Alternar intensidad y descanso: De la misma manera que planificamos y bloqueamos tiempo para enfocarnos en nuestros proyectos, podemos con nuestros momentos de descanso. No todos los días tienen que ser iguales, no todas las semanas tienen que ser iguales, ni tampoco los meses.
    Si tenemos una semana muy intensa, podemos planificar que la próxima sea especialmente relajada. Si tenemos un día de 16hs de trabajo, podemos hacer que el siguiente termine a las 13hs. Si tenemos un mes muy fuerte por alguna fecha límite, podemos planificar que el siguiente tenga fines de semana de 3 días.

Personalmente, esto último es lo que más me cuesta. Se por teoría y experiencia que es algo muy bueno, pero tengo que reconocer que me cuesta mucho más hacerlo que decirlo jeje
Nunca me costaron los eventos y compromisos que me impulsaban a elevar mi estrés. Esa es mi tendencia natural, con lo cual, tengo que enfocarme en los moderadores. Pero cada persona tendrá sus desafíos. Cada uno tiene que saber donde trabajar para evolucionar, para estar dentro de su dosis hormética.

Una de las cosas más interesantes de este proceso es que cuando trabajamos en mejorar nuestras capacidades, la curva de la dosis hormética, se vuelve más alta (más resultados) y se corre a la derecha (mayor estrés tolerable).


En resumen: el estrés no es ni bueno ni malo. Siempre va a depender de como lo usemos. Cuando logramos accionar los disparadores adecuados, podemos estar en modo maquinita y lograr cosas de las cuales nosotros mismos nos podemos sorprender. Sería un gran desperdicio no utilizarlo. Pero cuidado: no te pases de la dosis hormética, porque sino, vas a estar abriendo con un cuchillo la gallina de los huevos de oro, solo para matarla y descubrir que no había nada adentro.

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