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“¡Dejen de estudiar sobre pedagogía y cosas relacionadas a los idiomas! les prometo que saben todo lo que necesitan, por favor dediquen ese tiempo a aprender cosas que complementen su negocio. Por ahí va la cosa, por ese camino viene el verdadero crecimiento”. Cuando dije eso, por un microsegundo no sabía si las 200 personas de la conferencia me iban a mirar mal o se se iban a reír. Por suerte sucedió lo segundo y la charla para dueños de instituciones de enseñanza de lenguas continuó de la mejor manera posible.

Lo que quería transmitir, es la dificultad de muchos profesionales para poder profundizar en áreas complementarias a su actividad. Conocimientos sobre las engranajes alrededor del negocio y no sobre el servicio mismo.
Trabajando con un abogado que está construyendo las bases de su negocio, me di cuenta que parte de su estancamiento venía por el concepto negativo que tenía sobre los colegas que les estaba yendo bien (en términos económicos) con su profesión. Entonces le pregunte “¿Hay personas que saben menos que vos y sin embargo están creando negocios prósperos?” “¡Si claro! son unos sin vergüenzas…”. Nadie quiere ser un sinvergüenzas. Con lo cual, bajo su paradigma, es probable que no avance con su negocio hasta sentirse “el mejor”. Lo cual es muy probable que no suceda nunca. Si no cambiamos el chip de “prestigio académico, trayectoria, reconocimiento” a “Pongo mis conocimientos al servicio de las personas a las que pueda ayudar” estamos complicados.


En los negocios nos tenemos que poner en movimiento rápido. Probar muchas cosas y quedarnos con las que funcionan priorizando el pragmatismo. Principalmente huir del juicio de la “tribu” de académicos que no soportan ver avanzar a alguien que no hipotecó su futuro con un máster carísimo o paso 10 años haciendo prácticas en condiciones de esclavitud. Salí de esa lógica, no es necesario para vos ni para los que te necesitan. Podés ayudar a mucha, mucha gente con lo que ya sabés. Podés cambiar un poco la vida de muchas personas. Y eso no te das cuenta si estás rodeado por los de siempre. Te das cuenta cuando te abrís a mundos nuevos complementarios al tuyo.


Si estás en esta búsqueda y querés saber como comenzar a empaparte de temas que le den fuerza a tu carrera independiente, te recomiendo explorar estas fuentes de conocimiento y referencia:

– VÍNCULOS: Saber identificar a esa gente de la cual nos nutrimos y cultivar esas relaciones con intención. Desarrollar vínculos que nos permitan ampliar conocimientos en las áreas más amplias. Que no lleguen de casualidad, buscá a estas personas.

– COMUNIDADES: Participar de comunidades virtuales, físicas o mixtas ser muy transformador. Donde se hablen de los temas en los que querés profundizar. De la misma manera que seguir a referentes de las áreas que consideras importantes.

– LIBROS Y CURSOS: En muchos casos están las experiencias y conocimientos condensados de personas increíbles que ya vivieron lo que vos estas soñando.

– EXPERTOS: Asesores, coaches, mentores. Estas tres figuras pueden acompañar tu formación de una manera muy efectiva. El asesor trabaja sobre áreas específicas. El coach te mantiene enfocado en tus objetivos y el mentor es una persona que ya pasó por lo que vos querés pasar y está dispuesto a ayudarte.


Estoy dando por sentado que tu vocación es la de mejora constante, que tu curiosidad es suficiente para seguir aprendiendo y que sabés que tenés que nutrirte para crecer. Solo que necesitás ayuda para entender de que fuente.
Como el caso del kinesiólogo Pedro (nombre inventado). Un profesional excepcional. Pocas veces vi a alguien tan apasionado y dedicado a su trabajo. Pero había algo que no estaba funcionando. Trabajaba 14hs por día y apenas podía pagar los sueldos y el alquiler. Lo que había comenzado como el sueño de tener un lugar propio de rehabilitación, era una pesadilla.

Profundizando en su caso, nos dimos cuenta que su concepción de “crecer” estaba puesto en la cantidad de clientes, pero no en la rentabilidad. La consecuencia era clara: mucho movimiento que requería mucha gestión, para la cual no estaba preparado ni tampoco era su vocación. Lo primero que trabajamos fue en poder identificar cual era el estilo de vida que quería tener. Llegamos a la conclusión de que tener una estructura más liviana (menor alquiler y menos empelados) le podía permitir dedicar mitad de día a la gestión y mitad de día a trabajar con pacientes (su ideal). Pedro siempre fue una persona muy curiosa, estudiosa y capaz. Pero nunca le llegó a sus manos el libro de negocios correcto, ni tenía referentes fuera del círculo médico. 

Mi aporte, fue especialmente ponerlo en contacto con esos conocimientos que nutran esa parte olvidada.
Esto es lo que más amo de mi trabajo. Con algunas horas de charla poder dar la claridad necesaria para tomar decisiones en las cuales invertir los próximos años. Es demasiado importante el modelo de negocio que elijas como para hacerlo por un consejo suelto de alguien que no conoce tu caso particular o por alguna historia lejana de algo parecido a lo que querés hacer.

Abrí el panorama de aprendizaje. Quizás ya sabés suficiente de lo tuyo. Quizás es momento de ensanchar tu profesión. Quizás es momento de nutrirte de nuevas fuentes que traigan abundancia.