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Vamos a estar hablando de:
– Las falsas creencias que nos impiden comenzar este camino.
– Los sesgos cognitivos que explican el poder de la marca personal.
– Cuales son los límites sobre que mostrar y que no.
– La importancia de contar tu historia personal.
– Como elegir el formato adecuado para vos.
– El impacto impensado de poner ahí afuera tu cara y tu mensaje.

“Me siento mucho más próximo a un filósofo alejado en el tiempo y en el espacio que a un vecino que me resulta extraño aunque me sea dado en carne y hueso en el tranvía” (Alfred Schütz. Sociólogo). Cualquier persona que sea mínimamente lectora, sintió alguna vez una conexión especial con un autor que estaba a décadas (o siglos) de distancia. El privilegio de trascender la distancia y el tiempo estaba solo disponible para grandes escritores. Hoy la cosa cambió mucho…

La marca personal no es otra cosa que la antigua “reputación” pero potenciada con redes sociales. Crear una marca personal no se trata de inventar una realidad. Todo lo contrario. Se trata de mostrar con transparencia la persona que hay detrás de tu negocio. Es real que en las redes sociales hay muchos que están creando marcas personales vacías. En casos extremos, hasta alquilan autos y se hospedan en hoteles mostrando vidas de mentira para impresionar a sus seguidores. Eso no es una verdadera marca personal, eso es un atajo que me da vergüenza ajena cuando lo veo. Acá te hablo de otra cosa, te hablo de salir a contar en primera persona eso que hace años estás viviendo con tus clientes y todo lo que aprendiste en el camino.

¿Por qué es tan efectivo incorporar tu marca personal al negocio?
Comencemos analizando el sesgo de disponibilidad a partir de un fragmento de un paper del psicólogo Daniel Kahneman: Heurística de la disponibilidad. Esta heurística generalmente está asociada a experiencias y perspectivas personales, por lo que son limitadas. Por ejemplo, si una persona visita por primera vez un restaurante y recibe un mal servicio, puede pensar que ese establecimiento es malo o muy malo. Sin embargo, para un cliente que frecuenta el mismo restaurante, a quien siempre han atendido bien, si en una oportunidad recibe un mal servicio no pensará lo mismo (Tversky y Kahneman, 1974). Una situación similar se presenta cuando un individuo estima el nivel de rechazo o aceptación de un político tomando en consideración sólo la opinión de las personas en su trabajo o en su hogar.

Lo que quiero destacar con este pasaje es que tenemos un especial acceso mental a lo que vemos seguido. Nuestro Google mental pone en las primeras páginas aquello que recordamos con facilidad y que está presente en nuestro día a día. Esta manera de pensar que tenemos, cobra radical importancia en el momento de decisión de compra. Ejemplos: Cuando se rompe el auto, pensamos en nuestro mecánico de siempre. Cuando se nos rompe la computadora, pensamos en el técnico de confianza. Cuando se nos rompe la canilla de la cocina, pensamos en nuestro plomero de toda la vida.En todos los casos no hacemos una búsqueda racional y completa de las mejores opciones. Nos convencemos de que la opción que tenemos “a mano” es la mejor. No queremos ni siquiera investigar porque llevaría mucho tiempo y energía. Por eso es tan conveniente estar presentes en la mente de las personas como referentes de un tema. Con nuestra marca personal, intentamos que aparezca nuestra cara y nuestro nombre en las primera página del buscador mental de las personas cuando tienen algo que resolver y nosotros somos los adecuados.

Si ya estás convencido de que involucrar tu marca personal es una buena idea, acá te dejo algunas recomendaciones que pueden ayudarte. Como siempre, son lineamientos sobre los principios para la creación de una buena marca personal (Aspectos técnicos que podes encontrar por miles en Youtube).

. TRANSPARENCIA, NO EXHIBICIÓN. Involucrar tu parte personal no quiere decir exponerte totalmente en redes sociales. Significa mostrar la cotidianidad de tu negocio de la manera más transparente posible. No hace falta ponerte la mejor ropa para salir frente a la cámara. No hace falta editar un podcast porque tus hijos lloran de fondo. No hace falta que todo esté impecable para comunicar. Se trata de priorizar el valor que podés entregar a la persona que está del otro lado por sobre la imagen superficial. Es interesante como lo que al principio puede parecer un limitante, en realidad es un activo. Todo ese entorno que mostrás (sin mostrar directamente) habla mucho de vos y tu negocio. Y eso atrae a las personas correctas y aleja a las personas incorrectas. Cuando estoy rodeado de mis hijos en un entorno austero y familiar, se que estoy “expulsando” a jóvenes que quieren ser millonarios a los 25 años. De la misma manera que acerca a personas que quieren crear sus negocios mientras son padres presentes. Hace un tiempo, un fraile franciscano en una celebración a la que fuimos con mi familia dijo “La humildad es la verdad. No es tirarse abajo ni creerse mas de lo que sos. Simplemente la humildad es la verdad sobre vos”. Se trata de eso, de mostrarse tal cual somos.

. CONTÁ TU HISTORIA PERSONAL. Es muy normal subestimar la importancia de nuestra historia personal y eso es una lástima. Porque puede ser una de las cosas que mas conexión genere. Nos encantan las historias, es la manera que tuvimos desde principio de los tiempos de pasarnos información y organizarnos como especie. Está en nuestros genes engancharnos con relatos que tengan sentido, es música para nuestros oídos. Se nos hace fácil de recordar y volver a contar para recomendar. Si nunca lo hiciste, sentate a escribir tu historia. No es fácil, porque de la gran complejidad de lo que verdaderamente pasa, hay que sacar eso que construye un relato. Es un trabajo de depuración sobre nuestros recuerdos y de reflexión sobre lo que nos contamos hace años. Comunicá lo que te hace especial. Todos tenemos una buena historia que contar y siempre hay gente a la cual puede inspirar.

. FORMATO ADECUADO PARA VOS. Como cualquier acción, construir tu marca personal, es un hábito. Y como todo hábito, al principio cuesta mucho. La inercia y la tendencia de nuestra mente a ahorrar energía, nos empuja a seguir haciendo lo de siempre, a no enfrentar el dolor del posible rechazo. De la posible indiferencia. De la posible crítica de nuestros pares, amigos y familiares. Tengo una buena noticia: al principio nadie te lee, ni te escucha, ni te mira. Es una muy buena idea para allanar el camino, elegir el formato con el que te sientas más cómodo. Si escribís bien, hace blog y mailing. Si sos bueno hablando, hace un podcast. Si te llevás bien con el diseño y fotografía, comunicá en redes sociales. Si te gustan estar frente a la cámara, hace video en Instagram y Youtube. Son solo ejemplos, porque las combinaciones y posibilidades son infinitas. Pero el concepto es que arranques por lo que más fácil te parezca. Además, podés tener un formato fuerte del cual se desprendan fragmentos y así mejorar tu distribución de contenido sin crear desde cero en cada canal.

Exponerse sanamente puede ser una revolución para tu negocio y para tu vida. No solo vas a generar más interacción que se traduzcan en ventas, también vas a atraer personas que comparten con vos tus principios, tu estilo de vida y tus objetivos. “¿Podés creer que me llegan mensajes de personas que no conozco diciendo que les cambié la vida? me cuentan que están cambiando la alimentación y estilo de vida de toda su familia. Esto que está pasando es increíble, nunca pensé que podía tener este impacto”. Este tipo de cosas me dice mi mujer, nutricionista especializada en comida real (@sana.hora en Instagram) con la cual vengo trabajando este aspecto hace poco más de un año.

Considero que la creación y crecimiento de los vínculos humanos es un fin en si mismo, algo que da sentido a todo. En mi caso personal, salir ahí afuera a contar lo que estoy aprendiendo me puso en contacto con clientes increíbles, con mentores y con pares con los que comparto este camino. Vivo la alegría de hacer entrevistas, tener diálogos frecuentes y conectar con personas que admiro profundamente. Y nada de eso hubiera pasado con esta intensidad si no me animaba poner ahí afuera lo que iba aprendiendo. Desaprovechar la posibilidad que nos da internet para conectar con gente que pueda traer abundancia a tu negocio y a tu vida es un desperdicio. ¿Qué te frena para comenzar a regalar de manera sincera y honesta contenido de valor? ¿Lo que piensen las otras personas? es un costo muy chico comparado los beneficios de transitar este camino de dar desinteresadamente y recibir con alegría.