fbpx

Todos los que emprendemos hace tiempo nos hicimos esta pregunta. La complejidad para encontrar una respuesta es enorme y nos abruma la cantidad de variables, opiniones, creencias y cosas que se nos cruzan en la cabeza para intentar responderla.

Por un lado, están las creencias motivadoras que nos empujan a ser el “capitán que se hunde con el barco”, “el super héroe de tu negocio”, a estar “viviendo una historia épica”. Y por otro lado quizás esté la voz que nos dice que tenemos que salir corriendo ante la primera dificultad, ante el primer desafío que nos queda grande.

En este artículo vamos a pararnos en el medio. No vamos a pretender ser los salvadores heroicos, pero tampoco vamos a renunciar ante las dificultades lógicas del camino.

Cambie 4 veces de negocio en estos últimos 15 años y estoy cambiando en este momento por quinta vez. Y en cada decisión fui puliendo mi método para tomar estas decisiones. Pero en todos los casos estuvieron presentes estas 3 variables claves:

  • RESULTADO ECONÓMICO. ¿El negocio está dejando la rentabilidad esperada? ¿Estás vendiendo sobre el punto de equilibrio? Si hacés bien las cuentas ¿Estás perdiendo plata? ¿Las horas que le dedicas corresponden a los resultados? Siendo objetivo ¿El panorama tiende a mejorar o a empeorar? ¿Los resultados son acordes a tu industria y al momento de maduración de tu negocio? ¿Hay una relación riesgos/beneficios acorde?
  • VOS COMO EMPRENDEDOR. ¿Te gusta lo que haces en este emprendimiento? ¿Sentís que estás ayudando a otras personas? ¿Te estás desarrollando en una industria que te interesa a largo plazo? ¿Estás creciendo en un área que es importante para vos? ¿Podés mantener el estilo de vida que vos querés con los ingresos que genera actualmente?
  • LOS CLIENTES. ¿Tus clientes están satisfechos con tu producto o servicio? ¿Estás cumpliendo con las expectativas? ¿El valor percibido es más alto que el precio que cobrás? ¿Podrías subir el precio y facturar más aunque pierdas algún cliente? ¿Los clientes actuales son recurrentes? ¿Te recomiendan?

Luego de responder estas preguntas a conciencia y de manera sincera es esperable que tengas información más completa para poder tomar una decisión. Por supuesto que no es un test de revista donde “si respondiste más de 10 NO, tenés que dejar tu negocio”. Porque algunas respuestas tienen más peso que otras dependiendo la persona que las responde, la etapa de la vida, las responsabilidades, etc.

 ¿Como seguimos?

  1. SI VAS A DEJAR TU EMPRENDIMIENTO. Lo más probable es que tengas que superar el dolor que genera el costo hundido. Probablemente años de esfuerzo y plata que parecen tirada a la basura. Pero tenés que saber que es solo un sesgo, una mala manera de pensar que nos hace tomar malas decisiones. Si todo te dice que tenes que salir de ahí, aceptá el costo hundido y a otra cosa. No te quedes por “todo lo que pusiste hasta el momento”. También puede aparecer la ansiedad sobre lo que viene. Lo mejor que podés hacer es comenzar en paralelo (antes de soltar tu actual negocio) a dedicar algunas horas en la semana y tener tus primeros clientes. Así juntas evidencia de que puede funcionar (o no y pivoteas hasta que funciona).
  2. SI VAS A SEGUIR CON TU EMPRENDIMIENTO. Es probable que aparezca frustración, cansancio y hartazgo. En este punto necesitamos renovarnos antes de seguir. En lo posible tomarnos unos días y descansar para ganar perspectiva. Luego comenzar a preparar el próximo plan para mejorar los resultados.

Ya sea que seguís con el mismo negocio o decidís cambiar, una de las claves es vernos constantes en nuestros objetivos más trascendentes como personas emprendedoras, más allá del negocio en el que estemos.

¿Estás pasando por este proceso? ¿Tenes que decidir si seguís o no con tu emprendimiento? ¡Contame en los cometarios!