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Hace dos años escribí este artículo, cuando todavía no trabajaba cara a cara con emprendedores.
Luego de este tiempo de poder acompañar a personas que quieren sacar adelante sus emprendimientos, quise actualizar estos errores típicos.
Mi intención, como siempre, es que puedas detectar tempranamente estos caminos incorrectos para que aumentes las posibilidades de que tu negocio sea exitoso. Vamos directo con estos conceptos:

1. Mezclar las cuentas del negocio con las personales. 
Algo muy normal dentro del mundo emprendedor. Es muy tóxico para las finanzas del negocio y las personales. Por una razón simple, nunca vamos a saber si el negocio está siendo rentable ni si tus finanzas personales están sanas. Puede ser que tu negocio este sano, pero no te alcance porque gastas demasiado. O Puede ser que estés subsidiando a tu negocio trabajando gratis.
Lo correcto es asignarse un sueldo de mercado por la tarea que uno realiza en el emprendimiento, lo cual es un ingreso para tus finanzas personales y un costo para tu emprendimiento. Puede ser que por momentos no llegues a ese sueldo o que por momentos sea muy rentable y hagas un retiro. Pero lo importante es que este registrado para conocer la verdad de las finanzas de tu negocio y las personales.

2. Subestimar lainformación y confiar demasiado en la intuición.
Muchos emprendedores, están tan metidos en el día a día de sus negocios, que sienten que tienen todo en la cabeza. Es probable que sea cierto y eso funciona en momentos de bonanza y estabilidad. Pero ante cualquier cambio, no van a poder tomar decisiones correctas basadas en información. Por supuesto que la intuición es importante, más que nada al comenzar un negocio, pero si no la complementamos con datos duros, los años de nuestro negocio están contados.
Desde el punto de vista de la productividad, los índices nos permiten saber a ciencia cierta que acciones están dando resultados y cuales no. De esa manera nos enfocamos en lo que mas impacto tiene, liberando tiempo y energía de tareas que no valen la pena.
Si todavía no tenes índices y números, comenzá por los mas básicos: ventas separadas por canales, costos fijos, costos variables, punto de equilibrio. No lo hagas porque hay que hacerlo, crea índices que te ayuden a entender tu negocio.


3. Abusar de la fuerza de voluntad.
Los que somos de clase media, generalmente tendemos a valorar excesivamente el esfuerzo y el sacrificio. Claro que el trabajo duro y constante es condición excluyente para lograr resultados. Pero me refiero a cuando el trabajo duro es el eje del emprendimiento y no están pensados los sistemas y estrategias que nos van a aliviar esa carga para poner nuestra energía en hacer crecer el negocio. En salir de lo operativo y enfocarnos en lo estratégico.
No llenemos nuestra agenda con tareas de punta a punta del día, sin descansos, porque de esa manera estamos abusando de nuestra voluntad. No hay nada de heroico en sobre exigirse, es más bien irresponsable para tu negocio, tus empleados y tus clientes.
 


4. Solo enfocarnos en las tareas que másfácil nos salen.
Cuando uno solo tiene un martillo, todo se parece a un clavo. Es muy común, ver emprendedores que se concentran solo en lo que mejor les sale y en lo que más reconocimiento tiene, descuidando (¡o lo que es peor, desconociendo!) otras áreas claves del negocio.
Por ejemplo: un cocinero que se pone un restaurante. Como es muy bueno en la cocina, se dedica a estar frente a los fuegos 8 hs al dia. La comida de ese restaurante es sobresaliente. Ahora, las finanzas, los RRHH, el control de costos, la administración, la experiencia general del cliente, la comunicación, el mkt y todo lo demás, es un desastre. Es extremadamente probable que este gran cocinero, sea un fracaso como emprendedor.
Lo importante al emprender, es poder ver todo el panorama y llevar todos los aspectos a la vez, con el tiempo y la importancia que cada uno necesita.


5. Pensamientos limitantes que no son revisados.
“es que lo que yo hago no es comercial”, “en este país lo que hago no funciona”, “no se puede crecer en esta crisis”, “No se puede competir contra los grandes”, “no tengo tiempo para hacer números”, “mis empleados hacen todo mal” “soy demasiado joven” “soy demasiado viejo”.
Podríamos estar así todo el día. Lo importante es que busques en tu cabeza esos diálogos internos que repetís como loro sin ponerlos en duda. La mayoría son excusas para no asumir nuestra responsabilidad de que en el negocio tenemos muchas áreas que dependen de nosotros y en las que deberíamos estar trabajando. Al poner la razón de nuestra frustración en algo externo que no controlamos, nos sentamos en el cómodo sillón de la inacción.
Cambiá por preguntas que pongan la pelota de tu lado: ¿Cómo puedo emprender en este país? ¿Que fortalezas tengo siendo joven? ¿Qué debería cambiar para tener tiempo para este proyecto? ¿Cómo podría liderar mejor a mi equipo de trabajo?


6. Reaccionar primitivamente ante dificultades.
Muchas veces, cuando detectamos un peligro tendemos a correr, paralizarnos o pelear. Aunque al emprender sea una pésima idea, muchas veces hacemos alguna de estas tres cosas. Nos olvidamos del plan, de las buenas prácticas y reaccionamos como animales. Las emociones nos pasan por arriba y nos entregamos a ellas. Nada bueno puede salir de eso.
Si sos o queres ser emprendedor, atravesar dificultades no es opcional. En medio de las nubes negras de los problemas, la claridad mental del emprendedor es fundamental. Tenemos que poder alejarnos, tomar perspectiva, poder pensar, planificar y volver a la ejecución.
Cuando estás en problemas, es cuando más te necesita tu emprendimiento, lo que hagas en esos momentos, es lo que te diferencia a largo plazo. Tu negocio puede dejar de existir, pero aprender a manejar esas situaciones es lo que te va a formar como emprendedor.


7. No enfocarse en los problemas y necesidades del cliente.
En muchas más ocasiones de las que me gustaría, veo emprendedores que se centran en su IDEA, en el producto/servicio que quieren vender. Al menos que sean muy afortunados, el resultado va a ser un derroche de tiempo, energía y plata. Por una simple razón: sus acciones no están orientadas a resolver un problema real.
Claro que es una muy buena idea poner nuestras habilidades y pasiones a trabajar para nuestro negocio, pero no valen nada si no se orientan a una necesidad.
Si emprendemos una actividad sin un mercado que lo requiera, no va a ser un negocio, va a ser un hobby caro. Un hobby no tiene nada de malo, pero lo malo es creer que es un negocio.


¿Crees que hay algún otro error frecuente? ¿Pasaste o estas pasando por alguno de estos? ¡Quiero saber! No dejes de escribirme en Instagram o en este blog ????