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Tengo que admitir que hasta hace unos años me molestaba que me digan “estructurado”. Pero hoy lo tomo como un elogio, porque aunque tenga mala reputación, esa reputación es injusta. Mucha gente le echa la culpa a la estructura y a la rutina de su falta de visión, de vocación. No es la rutina, es que quizás todavía no encontró algo fuerte por lo cual trabajar. Hoy, cuando me dicen “sos demasiado estructurado” lo interpreto como una incomprensión a tantas ganas de vivir buscando un propósito.

Es probable que si vamos por la vida buscando placeres, enfocándonos en la satisfacción inmediata, la estructura sea innecesaria y probablemente aburrida. No tiene sentido programar lo que voy a hacer y adonde voy a estar si no tenemos un PORQUE más grande. Lo entiendo.
Pero si vivimos con una búsqueda enfocada en nuestra misión, nos vemos en la necesidad de optimizar todos los recursos que tenemos es pos de ese objetivo. Por lo tanto, ahí es cuando toma sentido la estructura.

Por lo menos, encuentro 3 motivos para vivir una vida estructurada:

1- Mejores decisiones. Cuando planificamos y pensamos a largo plazo, tomamos decisiones en momentos de fortaleza. El mejor ejemplo es la lista de supermercado: cuando vas sin pensar y con hambre a hacer las compras, las decisiones son malas. Cuando tenés el hábito de hacer una lista antes, las decisiones son mucho mejores. Cuando llega el momento de límite, la decisión ya está tomada y solo tenemos que seguir el plan que hizo nuestro “yo fuerte del pasado”.

2- Objetivos a largo plazo.Para comer un elefante tenemos que hacerlo pedacitos. No hay manera de conseguir grandes cosas sin avanzar de a poco. Los grandes objetivos nos abruman y necesitamos dividirlos. El ejemplo más claro que encuentro es el de la planificación semanal: en ese momento reviso todos los proyectos grandes, veo en que momento estoy, como vamos y que tengo que hacer esa semana. Sin la estructura de la planificación semanal, perdería el rumbo muy fácilmente y atendería solo urgencias o las prioridades de otros.

3- Libera energía.Pocas cosas consumen tanta energía como tomar decisiones. Cuando vamos por nuestro día tomando micro-decisiones sobre todo lo que se nos presenta, nuestra mente se agota. ¿Qué voy a comer? ¿Como me voy a vestir? ¿En qué voy a viajar? ¿En qué momento del día me dedico a este proyecto? ¿Me acuesto o sigo mirando Netflix? ¿Qué rutina de ejercicio hago hoy?
Cuando decidimos todo esto con anticipación, liberamos a nuestra mente para que piense en cosas más complejas e importantes. Por ejemplo: hago todos los días exactamente la misma rutina de ejercicio, todos los días idéntico. Pero en mi cabeza, pasan cosas totalmente diferentes, justamente porque no estoy pensando en que ejercicio hacer. Eso permite que se me ocurra un negocio nuevo, un artículo nuevo, escribir una nota de agradecimiento o mandar un mensaje pidiendo perdón a alguien.

La estructura es un siervo, no un amo. A veces es necesario cambiar toda la estructura, toda la planificación porque el contexto cambió. Y por supuesto que hay que hacerlo. Seguir con el mismo esquema cuando cambiaron las reglas no está bien. Quizás la estructura ganó su mala reputación por tantos casos de personas que no pudieron cambiar a tiempo. Pero en todo caso, el problema es de la persona, nunca del concepto de estructura.
Hoy (cuando escribo este artículo) es primero de Mayo y mi plan (estructura) dice que los feriados escribo los artículos del mes. En este momento muchos de mis amigos y mi familia están festejando y comiendo asado. Me pone muy alegre que la estén pasando bien, pero tengo otros planes para mí. Y eso no lo tuve que decidir hoy, lo decidí hace meses.   
Esta es la invitación: diseñá tu vida, planificala, dale intención, dale sentido. Para eso necesitás darle un marco que la contenga. Porque si tus deseos son suficientemente fuertes, vas a pasar por momentos de limite, y justamente en ese momento, la estructura y las decisiones que tomaste en momentos de fortaleza, te van a sostener. Las personas con las que elegiste estar te van a contener, los hábitos que elegiste tener te van a dar lucidez y salud, las tareas que programaste hacer te van a poner otra vez en camino, los objetivos que te propusiste van a devolverte el sentido y la motivación.

¿Cómo estructuras tu semana, tus días? ¿Qué otros motivos encontrás para vivir una vida estructurada? ¡Quiero saber y seguir aprendiendo!