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  • “A mí lo que más me gusta hacer es poder conectar a personas que tienen problemas existenciales con lugares donde los puedan ayudar. Se escuchar y entender que es lo que la persona necesita… Pero tiene cero viabilidad económica”.
  • “Pero hay miles de personas que viven de cosas similares y algunos hasta se están haciendo millonarios. Entonces te pregunto. ¿No tiene viabilidad económica, o todavía no sabes cómo monetizarlo?”

Así comenzaba la charla junto con un grupo de personas que estaban explorando sus vocaciones, a las cuales intentaba darle una mirada práctica sobre como poder vivir de eso que les apasiona.  

A veces hacerse la pregunta correcta destraba la situación. Las creencias limitantes hacen que nos pongamos muy cómodos. En el fondo sabemos que avanzar en esa dirección supone un tremendo esfuerzo y enfrentarnos a situaciones que ni siquiera conocemos. Pero dedicarnos a algo por lo cual tengamos una vocación, es un diferencial que a largo plazo puede tener un impacto enorme en los resultados de tu emprendimiento.
Cuando me convencí de esto, me puse a profundizar sobre el tema y en este tiempo pude identificar algunos pensamientos limitantes comunes que nos frenan a la hora de querer vivir de lo que nos gusta: 

1- “NECESITO UNA GRAN ESTRUCTURA”: Supongamos que queremos ayudar a perros y a sus dueños. Podríamos suponer que para eso se requiere un lugar muy grande, lleno de jaulas, personas contratadas para amaestrar y cuidar de los animales. Además, una web compleja que pueda unir a los perros perdidos con sus futuros dueños. En fin, una serie de cosas que son imposibles de asimilar para nuestra mente de hoy, que todavía no tiene nada. ¿Cuál es la clave? comenzar por UN CASO. En este ejemplo sería encontrar un perro, conectarlo con una persona que quiera al animal y si es posible cobrar por eso. Si no, al menos tener un testimonio de su aporte. Eso destraba todo, hace que comience a fluir, porque casi sin inversión ya se pudo dar el primer paso. 

2- “YA HAY OTROS QUE HACEN LO MISMO”: Si son empresas grandes, seguro que están desatendiendo nichos. Si son emprendedores chicos, seguro que no están atendiendo a todos los nichos. Es cuestión de encontrar dentro de ese mercado que servicios o productos son deficientes, que problemas las personas siguen teniendo y a partir de ahí poder dar una nueva solución a partir de tus habilidades y dones particulares. Siguiendo con el ejemplo de los perros: hay muchos locales y tiendas on line de comidas y productos para perros. Pero qué tal si se ofrece un servicio previo de asesoría para saber exactamente cuál es el alimento ideal para el perro y cuáles son las mejores prácticas para alimentarlo. Se estaría ofreciendo algo diferente y nuevo. Cuidado: nuevo para tu público objetivo, no para el mundo. No importa si en otro lugar o con otro mercado se esta haciendo. 

3- “NO SE COMO LLEGAR A TANTAS PERSONAS”:Lo más particular es lo más general. Si podés solucionar un problema a una persona, es muy probable que miles o millones de otras tengan ese mismo problema y puedan verse beneficiados con tu solución. Los primeros pasos tienen que ser exclusivamente de aprendizaje. Volvamos al caso de los perros: si se conoce a personas que quieren perros, y se conoce un lugar donde hay perros que buscan dueños, se puede ir, sacar fotos y ofrecerlos. Resultado: cliente feliz, perro feliz, emprendedor feliz y además con información para mejorar su negocio. El problema con esto es que es muy incómodo. Pero si querés vivir de lo que te gusta, siempre hay un precio que pagar. Esto es uno de ellos. 

4- “NO TENGO EL CAPITAL NECESARIO”. Para poder superar esta barrera, necesitamos incorporar el concepto de PRODUCTO (o servicio) MINIMO VIABLE, que sería la respuesta a la pregunta ¿Cómo puedo poner mi propuesta en las manos del clientes con la menor inversión posible para tener feedback y así mejorar? Volviendo al caso de los perros, un PMV sería hacer una cuenta de Instagram donde se publican sistemáticamente perros perdidos y las personas que buscan perros pueden entrar para ver si hay alguno que les interese. ¿Hay algo más simple y económico que eso? De esa manera nos vamos a dar cuanta si de verdad hay mercado y cuáles son las necesidades reales de los posibles clientes. 

5- “NO TENGO TIEMPO”La semana tiene 168hs. Normalmente dormimos 50hs, trabajamos 40hs y comemos, cocinamos, nos bañamos en otras 14. Si sumamos 3hs por día de vida social son otras 21. Te quedan 43hs a la semana para trabajar en esto. Sabiendo esto, tenemos la incómoda seguridad de que no se trata de tiempo, se trata de que todavía no sabemos cómo aprovechar ese tiempo. ¿Se imaginan si nuestro amigo perrero le dedica 3hs por día a conectar gente con perros y a aprender en el proceso? El impacto en apenas un año sería enorme.

6- “NADIE ME CONOCE, NI SABE LO QUE QUIERO HACER”. Ni nadie te va a conocer si no empezás. El problema es la vergüenza que nos da la exposición, es contarle a los demás lo que estoy haciendo. ¿Seré suficientemente bueno? ¿Voy a hacer el ridículo? no tenes que ser el mejor del mundo para ayudar a alguien, tenes que saber más de ese tema que la persona a la cual vas a ayudar. Yendo al ejemplo de los perros: probablemente no sea el que más sabe de perros en el país, pero ¿Cuántos hay con la vocación de visitar perreras y de hablar diariamente con posibles dueños? Solo tenemos que enfocarnos en aquellos a los que si podemos ayudar con lo que hacemos o sabemos. 
Estos pensamientos, son como un freno de mano que nos limita, nos estanca. Te invito a que puedas mirar para adentro para poder identificarlos y a partir de eso comenzar a cambiarlos.

A nada le dedicamos más tiempo y energía que a trabajar. Estamos casi todo el día dedicados a nuestros negocios, a nuestros trabajos. ¿Que podría tener más impacto que esa montaña de horas y energía orientadas a lo que más te gusta hacer? Pocos cambios pueden tener tantos beneficios en tu vida y en tu entorno.

¿Tenés alguno de estos pensamientos? ¿O alguno que no está en este articulo? ¡Quiero conocer mas sobre vos!