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Según la web del INDEC, la actividad económica en Argentina cayó un 12,3% en Junio del 2020, respecto al mismo mes del año pasado. Según los resultados de las encuestas que hago a mis clientes, la facturación aumento en promedio un 280% para los que terminaron el programa en ese mismo mes. Además de la propaganda (mal) encubierta sobre el Programa para Profesionales Independientes, comento esto porque ese contraste me disparó varias preguntas que intento responder en este texto.

¿Por qué ante tanta incertidumbre, cambios y caos hay negocios que se fortalecen y crecen mientras que otros se funden? ¿Es solo suerte o hay cosas que podemos intencionar para mejorar nuestras chances de beneficiarnos de las crisis? ¿Hay aspectos en común de los cuales podemos aprender en los negocios que mejoraron este año de pandemia?


Para intentar responder a estas pregunta, voy a traer palabras de el libro que hoy esta en mi mesita de luz: Antifrágil de Nassim Taleb:
Pensemos en algo frágil, algún objeto de nuestra sala de estar, como el televisor o la porcelana del aparador. Necesariamente, queremos que gocen tranquilidad, orden y previsibilidad. Lo frágil aborrece la volatilidad y los estresores: el daño, el caos, los sucesos, el desorden, las consecuencias imprevistas, la incertidumbre y, por encima de todo, el tiempo. En el centro del espectro encontramos a lo robusto. Aquello que aguanta los choques y sigue igual. Está muy bien preparado para el caos y la incertidumbre, pero no se beneficia de ella. En el lado opuesto a lo frágil, hay cosas que se benefician de las crisis; prosperan y crecen al verse expuestas a la volatilidad, al azar, al desorden y a los estresores, y les encanta la aventura, el riesgo y la incertidumbre. No existe una palabra que designe exactamente lo contrario de lo frágil. Aquí lo llamaremos antifrágil
(Este libro es excesivamente largo y por momentos divagante, con lo cual, recomiendo leer un resumen antes de embarcarse en la hazaña de terminarlo. Acá dejo un resumen bastante digno).

Quiero aclarar que este tema me excede y no podría hablar de la antifragilidad en los negocios abarcando toda su complejidad. Pero también se que la mayoría de las personas para las cuales les escribo, saben mucho de lo suyo, pero poco de negocios, con lo cual, probablemente les aporte valor con esta mirada. Además voy a hablar solo del nicho de profesionales independientes con los cuales trabajo.
Yendo al grano, pude identificar estos aspectos del negocio y la persona que hacen que se beneficien de los cambios. Acá los comparto:

  • CONOCIMIENTO PROFUNDO DE UN NICHO. Cuando las noticias llegan a los diarios ya es tarde para tomar decisiones. La anticipación al mercado y a las necesidades son una de las condiciones para los negocios que prosperen. Sea cual sea la industria, estar cerca de tus clientes y percibir esas sutilizas en los cambios de intereses o hábitos, es clave. Si no sos experto en una problemática y estas en muchas cosas diferentes, es probable que no tengas el olfato necesario para poder anticiparte a los cambios, y así perder competitividad. Tu negocio va a ser antifrágil si logras entender rápidamente y en profundidad lo que está pasando e ir probando nuevas propuestas para que estén listas en el mejor momento posible (mucho antes de que llegue a las noticias). Para profundizar en diferencial y nicho
  • BÚSQUEDA CONTINUA DE OCÉANOS AZULES. La oferta y la demanda están vivas. Cambia su relación todo el tiempo, aun en tiempos de calma. Lo innovador pasa a ser un commodities tarde o temprano. Lo que hoy funciona y es rentable, en algún momento deja de funcionar. Esto es así porque los mercados se llenan progresivamente de nuevos jugadores que hacen cosas similares y la tendencia es a competir por precio, con la consiguiente perdida de márgenes y rentabilidad del negocio. Para darle antifragilidad a tu negocio, una parte de tus recursos, deberían estar buscando esos nuevos océanos azules, donde no hay nadie resolviendo un tipo de problemáticas. Donde no hay tiburones que manchen el agua con sangre de competencia.
  • DIGITALIZACIÓN DE SISTEMAS. La digitalización del negocio nos permite obtener un costo marginal de producción que tiende a cero. Mandar 1 mail o 1000 casi sale lo mismo. Hablar con 1 personas o 1000 casi sale lo mismo. Vender 1 producto digital o 1000 casi sale lo mismo. Pensemos en imprimir volantes, armar una conferencia presencial o fabricar productos. Definitivamente los costos van a ser proporcionales a la cantidad. Por otro lado, en lo referente a la comunicación, la digitalización de marketing, la publicidad y la interacción nos permiten llegar de forma instantánea a un público que tiende a infinito con un costo muy bajo. El ecosistema digital, nos da la posibilidad de lograr una asimetría positiva en los posibles resultados: si tenemos suerte, obtenemos enormes resultados y si no tenemos suerte, perdemos poco. Esto es antifrágil.
  • ESTRUCTURAS LIVIANAS Y FLEXIBLES. Pensemos en la forma tradicional de montar un negocio: alquilo un local, compro stock, empleo a personas, hago reformas en la tienda y otra infinidad de gastos que ni teníamos pensado. Si tenemos suerte, esa gran inversión nos da resultado y logramos tener un negocio rentable. ¿Pero qué pasa si las condiciones de mercado cambian, hay una crisis o simplemente dejamos de ser relevantes? la estructura nos condiciona al cambio. Es muy caro, difícil y lento cambiar. Con lo cual, las grandes estructuras tienden a ser frágiles (por más robustas que parezcan). Propongo pensar en Grandes negocio, pequeñas empresas. Priorizar los resultados de nuestros clientes y los de nuestro negocio, minimizando los recursos utilizados. Si nuestro tiempo y energía está enfocada en los resultados y no en mantener costos fijos, es muy probable que estemos mejor preparados para los cambios y nos beneficiemos del caos.


Sigamos con palabras de Taleb:
Pensemos en el ser humano. Nuestro cuerpo no obtiene información sobre el entorno por medio del sistema lógico, la inteligencia o la capacidad de razonar y calcular, sino por medio del estrés. Los huesos del cuerpo, por ejemplo, se refuerzan después de hacer ejercicio. Y del mismo modo que pasarse un mes en la cama provoca atrofia muscular, los sistemas complejos se debilitan si se ven privados de estresores. El problema es que gran parte de nuestro mundo moderno tan estructurado nos ha estado perjudicando con artilugios que menoscaban la antifragilidad de los sistemas. Esta es la tragedia de la modernidad: al igual que esos padres tan sobreprotectores que rozan la neurosis, quienes más nos intentan ayudar son quienes más nos acaban perjudicando.


Te invito a que veas los cambios como estresores que pueden fortalecer tu negocio. A que interpretes el tener que desaprender y volver a aprender como parte del camino a hacerte más fuerte. A que te expongas voluntariamente a la incomodidad. A aceptar la complejidad y el caos como parte del camino. La calma y la estabilidad es algo que necesitamos, pero no nos podemos acostumbrar demasiado, porque al igual que los huesos con la falta de ejercicio, nuestro negocio pierde relevancia cuando no nos exponemos a estresores.